El pasado miércoles jugamos en la cancha del líder, el Genovés, el partido correspondiente a la jornada del 20 de diciembre. Fue un partido típico nuestro, con picos de juego muy buenos y otros muy malos. Lo positivo es que los buenos cada día son mejores e incluso duran más tiempo, aunque no lo suficiente como para competir los 40′ a un rival que, además de ser muy superior física y técnicamente, enfurecimos por tenerlo contra las cuerdas más de medio partido y no soltó el acelerador en ningún momento del encuentro. A pesar de lo abultado del tanteo (94-44), nos fuimos 16 abajo al descanso e incluso nos pusimos a 13 faltando 17′.A partir de ahí, una serie de circunstancias nos hicieron bajar el nivel en todos los sentidos, momento que aprovecharon los locales para seguir con su rodillo y agrandar las diferencias.
Veamos a ver si conseguimos más regularidad y creémos más en nuestras posibilidades a la hora de jugar con rivales de este tipo. Seguro que lo conseguiremos.